lunes, 12 de diciembre de 2011

MURALES JUSTICIEROS

* Murales de la Suprema Corte de Justicia. México : Conaculta-Suprema Corte de Justicia, diciembre de 2010, 210 páginas de 29 x 24 centímetros. Reproducciones fotográficas a color. Pasta dura.

En 1941, durante el sexenio del presidente católico Manuel Ávila Camacho, inauguraron el inmueble que se encuentra en contra-esquina de Palacio Nacional.

Se encargó al afamado muralista José Clemente Orozco (Ciudad Guzmán, Jalisco, 1883-DF, 1949) pintar los murales titulados “Las riquezas nacionales”, “El Movimiento social del trabajo”, “La justicia de los hombres” y “La Justicia metafísica”. Me supongo que son frescos, porque el libro no lo señala.

Más apocalíptico que casi su contemporáneo Orozco, el norteamericano George Diddle (Filadelfia, 1885-Nueva York, 1973) pintó el fresco “La guerra y la paz” (1945). Me encantan sus escenas de guerra más que las de las pacíficas.

Héctor Cruz García (Chimalhuacán, Estado de México, 1932) pintó unos edulcorados los paneles “Génesis”, “Nacimiento de una Nación” y “Orígenes de la creación de la Suprema Justicia de la Nación” (Resinas y acrílicos / tela sobre triplay, diciembre de 2000) sobre rojos y negros. Una de sus obras fue empleada en la portada del voluminoso y pesado libro.

En “La historia de la Justicia en México” (acrílico / tela pegada a triplay), Luis Nishizawa (San Mateo Iztacalco, Estado de México, 1918) se dejó influir por Jorge Camarena.

En “Todo movimiento social es justicia” (acrílico / tela, 2007), Leopoldo Flores (San Simonito, Estado de México, 1934) pinta bandas negras, rojas y ocres bajo héroes de históricos tratados como personajes de historieta.

Ismael Ramos (DF, 1959) pinta “La búsqueda de la justicia” (acrílico / tela, 2007) evocando escenas prehispánicas.

Realizados en La Tallera, casa-estudio-museo de David Alfaro Siquieros en Cuernavaca, Rafael Cauduro (DF, 1950) pintó “Un clamor por la justicia” y “Siete crímenes mayores” (acrílico y óleo / madera entelada, 2006-2009) con el tema de tzompantli, archivos viejos y paredes enladrilladas.

“Caminos de palabras y silencios”, “De hombres y mujeres” y ”De recuerdos y olvidos” (Acrílico y óleo / tela pegada a triplay y papel fotográfico), se titulan los murales de Santiago Carbonell (Quito, 1960). Sus desnudos femeninos se cubren su pubis con ridículas esferas.

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